El primer numero

Sombra siniestra que acecha, bailando la danza negra,
Con una capa tan grande, que abarca toda la tierra,
Va blandiendo la guadaña, con fuertes gritos de guerra,
Y es la bandera y su insignia, una blanca calavera.

Gira el bombo de la suerte, gira, girando la rueda,
Y es la mano de la parca, como una garra aguileña,
La que adjudica los números, sin olvidar la pedrea,
Unos la van esquivando, otros casi la torean,
Pero sus cuerpos desnudos, no dejan huella en la arena.

Y en una tienta fingida, grotesca silueta negra,
En la madrugada fría, se resquebraja la tierra,
La parca sabe su oficio, y entre lances y capeas,
Va recopilando cuerpos, como trofeos de feria.

Lampando por los rincones, entre lamentos y penas,
Plañideras alquiladas, lloran y se desmelenan,
En el centro de la estancia, en una caja discreta,
Yace inerte el primer número, que rifó la parca negra.

Vivamos felices y en paz, descansando la conciencia,
Tratemos al semejante, con respeto y gentileza,
Disfrutemos nuestras vidas, vigilando desde fuera,
Para esquivar si podemos, la sombra que nos acecha.

Ana Olmo