Fiel compañero

Soñando estoy con su boca,
Igual que a una abeja, su néctar me llama,
Extiendo los brazos, buscando sus besos,
Y abrazo muy fuerte, a mi almohada blanca.

Sabanas de raso, cubren mi desnudez.
Y entre sueños noto, que acarician mi espalda,
Sus manos se ciñen, y rodean mi cuerpo,
Y noto su aliento, en mi piel erizada.

Pero todo es un sueño, y pronto termina,
Un viento suave, acaricia mi cara,
Ni sabanas de raso, ni almohada, que pueda abrazar,
Ni aliento que entibie, esta piel de escarcha.

Despierto en el banco, de un parque, mugriento,
Y periódicos negros, a mi piel se adaptan,
Sendos lagrimones, despejan mis cansados ojos,
Pero mi cabeza, sigue presa en la añoranza.

Maldigo el momento, que empezaron los vicios,
El vino, las drogas, y las malditas maquinas,
Tenía a mi mujer, mi casa y mis hijos,
Y un perro pequeño…, que hoy me acompaña.

Esto es cuanto me queda, de mi vida cómoda,
Mi fiel compañero, en mi vida amarga,
El me da compañía, calor y cariño,
Y en mis frías noches, de sueño, imposibles,
Con su piel peluda, calienta mi espalda.

Ana Olmo