Estelas de humo

En las heridas de los muros de piedra
Clavaba la hiedra las zarpas de acero
En la luz de un sol refulgente
Grababa la sombra agujeros negros.

Dudosa la noche preñada de miedo
Golpea la casona fantasmal y oscura
Y es entre sus muros rotos por el tiempo
Donde llora el viento toda su amargura.

Repleta la noche de sombras errantes
Las almas de un pueblo que un día gozaron
Toda la opulencia de una vida activa
Y que se resisten a dejar el pasado.

Vagando y danzando como estelas de humo
Recorren las ruinas llamando a retreta
Y en la iglesia altiva que resiste el tiempo
Hacen aquelarre las almas de humo
Borrando las piedras.

Persisten rumores de viejas leyendas
Entes que traspasan las puertas del tiempo
A otra dimensión… siguiendo en la niebla
Un campanario altivo que resiste el viento.
Ana Olmo