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sábado, 1 de enero de 2011
El pavo
Era un pavo gordo y rollizo
Que vivía en un caserío
Era un pavo muy feliz
Y allí comía de vicio.
Los dueños lo malcriaban
Le daban todo lo bueno
Y el pavo todo orgulloso
Se dirigió a los conejos.
Les dijo…Miradme chicos
Soy un pavo muy hermoso
Mirad que colores tengo
Yo si me siento seguro
Del cariño de mis dueños.
Los conejos lo miraban
Atónitos y perplejos
Pues…nosotros no quisiéramos
Estar dentro en tu pellejo.
-Con las fechas que se acercan
Más bien debieras temblar
Pues a ti te están cebando
Para la cena de navidad.
El pavo mira alarmado
A los conejos astutos
¡Por Dios no digáis eso!
Que me habéis dado un buen susto.
Pues…Si no quieres servir
De vianda en noche buena
Ya te puedes inventar algo para adelgazar
Que la cosa pinta muy seria.
Que nadie ofrece manjares
A un pavo tan petulante
Si no hay alguna intención
De hacer con el un ágape.
Ana Olmo
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Buena poesía, espero que al final no se coman al pobre pavo.
ResponderEliminarMe recuerda a la poesía del pato y la serpiente. Un animal chulea delante de otros y los otros les dicen sus defectos e inconvenientes que tiene el ser él.
ResponderEliminar¡Buen trabajo! Y divertida la imagen de ahí arriba:
SOLIDARIDAD CON LOS PAVOS, NO ME COMAS. Jejejeje.