El duende de la noche domina tu cuerpo
Y bailas el tango cadencioso y sensual
Embrujo se escucha rompiendo las notas
De un bandoneón que llorando está.
Mujer de arrabales que llevas grabado
En tus pies alados y a tu alrededor
El tango que brota de mis venas rotas
Supliendo la ausencia de un bandoneón.
Por las calles viejas de sombras oscuras
Te espero indolente junto al portalón
Tarareo las notas de cadencia ardiente
De un tango latente sensual y guasón.
Callejones tristes que escuchas mis penas
Notas que me salen rotas de pasión
De cuerpos promiscuos que bailan pegados
Flexibles cual junco que el viento dobló.
Con tus labios rojos sujetas la rosa
Fragancia de besos y aroma dulzón
Preñado de ausencia mis ojos marchitos
Y junto a una copa mi bandoneón.
Emigrante triste que añora la vuelta
Que quiere de nuevo sentir el calor
De su tierra amada donde habita el duende
Tango pasional de un viejo arrebol.
Ana Olmo
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