Buscando el cielo

En la más alta cumbre
Donde su vista cansada no llega
Por senderos sinuosos
Repletos de piedras
Intenta arrastrar
Su cansado cuerpo,
Y sus pies doloridos y viejos
A seguir se niegan.

Inerte su cuerpo
Descansa muy cerca,
Y su mente ecléctica
Se pierde en los recuerdos,
Seleccionar quiere
Lugares que disfrutó
En la juventud
Y oír el violín de la cumbre
Cuando sopla el viento.

Lucha defendiendo
Su espacio en la cumbre
Donde siendo un niño
Forjaba sus sueños
El viento le trae
Diversos olores
Abriendo la tumba
De sus pensamientos.

Neveros perpetuos
Momifican el aire
Y en sus ojos tristes
De mirada glauca
Se congela el llanto
Espíritus negros
Bailan en la nieve mácula,
Que se va ensuciando
Arrastrando un miedo
De puesta de largo.

El hombre levanta
Sus ojos cansados
Lanzando a la cumbre amada
Su último ruego,
Se arrastra llorando
Contando las piedras frías
Dejando en cada una
Los jirones rojos
De su inerte cuerpo.
Ana Olmo