Tú eres como un dios
En mis pensamientos
Te miro y siento
Que mi alma se escapa
Que la sangre en mis venas
Trota como loca
Que se seca mi boca
Y arde mi garganta.
Tú eres para mí
El puro reflejo
Que en mi adolescencia
Soñaba dichosa
Mi amante mi amigo
Y mi compañero
Y el hombre que quiero
Tener en mi alcoba.
De tu cuerpo mana
Una luz especial
Que alumbra lo oscuro
Que tiene mi vida
Ese caramelo
Que dan a los niños
Que frena su llanto
Y aflora la risa.
En nuestro habitáculo
De amores prohibidos
Cuando en las gargantas
Se ahogan los sollozos
Me siento en la gloria
Y todo se olvida
Y nado en las aguas
De tus bellos ojos.
Por eso mi vida
Jamás me abandones
Que nunca se apague
La luz de tus ojos
Que sigan brillando
Cuando tú me mires
Y ahoga mis gemidos
Con tus labios rojos.
Ana Olmo
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