
Rango en la mente, de un guerrero altivo,
Que grabado en el suelo, dejó sus pasos,
Servil lacayo que su mente atontece,
Con abusos de poder y olvidando leyes.
Como un fugaz suspiro, pasó su vida,
En la oscura y larga noche, de los tiempos,
Como hoja perenne, que se agarra a la vida,
Zarandeada por los vientos, del infierno.
Que breve y corta, fue mi juventud
Buscando mí destino, en tu regazo
Queriendo gozar, y no poder
Con mis cansados pies, seguir tus pasos.
En el jardín de tu cuerpo, dejare la semilla
Y como flor en primavera ira brotando:
Si no me pides nada, nada niego,
Lo que temí en mi sueño, está pasando.
Que poco, a poco, vas cortando las cadenas,
Entre sombras y penumbras, del fracaso,
Tú te alejas de mi vida, y yo me quedo,
Como un pálido lirio, disecado.
Ana Olmo
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