Con este poema melancólico
Mi mente vuela sencilla,
Recorriendo los rincones de tu cuerpo,
Esculpiendo, de alabastro mis mejillas.
Nómada y escultor de sueños,
Que rompiendo vas, todo tipo de ilusiones,
Por que si te dedico este poema,
Enamoras sin piedad otros corazones.
Como suaves mariposas, son tus manos,
Deslizando tus dedos, por mi cintura.
Negándome a la razón, y entregada a los placeres,
Disfrutando de una vida, de locura.
Mariposas campesinas, que pululan,
Y tú pintas de acuarelas, sus colores.
Se lanzan al aire, desplegando sus alas,
Y libre vuelan despertando, admiraciones.
Sobrevuela, la charca seca de mi vida,
Llena de un negro limo, seco y resquebrajado.
Tus vuelas mariposa y yo me alejo,
Repudiando, con dolor mi cuerpo ajado.
Ana Olmo
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