Nace el día y un sol de lujo va entibiando mi entorno,
Me desperezo, miro al cielo y doy las gracias por un día más,
Me aseo he intento despejarme, y me asomo a la ventana,
Contemplo la calle aun tranquila, los árboles húmedos por el rocío,
Y aspiro profundo el aroma de las plantas del jardín.
Desde mi altura se ven los tejados rojos, y las terrazas ornamentadas,
Que intentan simular, la perspectiva de las personas que las habitan,
Unos con desenfado, otros con osadía, y los más conservadores…
Se dedican a esconder de puertas para adentro,
Y pienso… buen día si no cambia, ¡podre disfrutar! Viendo mi barrio,
Salgo a dar un paseo por el parque nuevo,… está muy bonito,
Han puesto muchos árboles y sembrado césped,
Y va mucha gente a hacer deporte, te saludan y saludas.
Parece mentira, pero el simple hecho de la palabra compartida,
Un saludo que se cruza, te hace sentir mejor,
Sigo paseando y pienso… que la gente todavía es un poco amable,
Que con un poco de suerte, quizás se pueda recuperar el respeto,
Y el civismo, que quizás no estamos tan embrutecidos.
De pronto siento, bajo mis pies el crujir de las hojas secas
Y mi cabeza vuelve a la realidad efímera,
Pues sin pretenderlo, mis sentidos son ilusos y me levantan del suelo,
Donde se gravan los pasos de la nostalgia,
Lamentablemente, dos pasos mas arriba descubro,
Que si somos como animales perdidos,
Desconfiados y reticentes, a comportarnos como personas,
Compartiendo el don divino, de la palabra,
Rectifico…el día no es tan hermoso como creí en mi mundo de ilusa.
Ana Olmo
bellisima
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