No solo es enemigo quien nos odia
También destruir puede quien nos ama
Los brazos largos de un amor enrarecido
Que ardiendo en celo quiere cortarnos las alas.
De un día a otro dejaremos este mundo
Yo me apoyo tristemente en el alfeizar de mi ventana:
En mis labios tengo un verano caluroso
Mis ojos son como dos ardientes ascuas.
Mi cuerpo en la ventana reclama la libertad
Y un crudo y frío invierno se apodera de mi mente
Con poco me conformo pero nada tengo
Lo que me dan lo cojo apresuradamente.
Quien nada posee siempre será libre
Y en su libertad consistirá toda su suerte:
Feliz se siente a quien la vida le sonríe
Porque los dioses en su ofrenda regalaron
El placer que da la vida en armonía
Perdonado del pasado los pecados:
Ana Olmo
No hay comentarios:
Publicar un comentario