En escarpadas montañas,
En las cimas más profundas,
Cualquier confín de la tierra,
Lo llenan de sepulturas.
De las guerras y batallas,
Por belicosas llanuras,
Van arrastrando los cuerpos,
Temerosas criaturas.
Huyen del miedo y la hambruna,
Buscan nuevos horizontes,
Caminan desorientados,
Por que perdieron su norte.
En sus mentes van quedando,
De la guerra los recuerdos,
Y con impotencia van llenando,
Grandes fosas con los muertos.
Van dejando en el camino,
A sus seres más queridos,
Y entre lágrimas de sangre,
Entierran a padres e hijos.
Así de cruel son las guerras,
Así de cruel es el destino,
De este mundo gobernado,
Por seres sin corazón
Prepotentes y asesinos.
Ana Olmo
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